jueves, 15 de diciembre de 2011

Día 87: La leyenda de la bestia y su sombrero



Borracho, cha.
(De borracha).

1.     adj. ebrio ( embriagado por la bebida).
2.    adj. Que se embriaga habitualmente.
3. adj. coloq. Vivamente poseído o dominado de alguna pasión, y especialmente de la ira.


Enamorado, da.
(Del part. de enamorar).

1. adj. Que tiene amor.  
2. adj. enamoradizo.
3. adj. Muy aficionado a algo.
4. f. desus. prostituta.


¿Causa o consecuencia?
Resulta irónico quizás, pero ambos estados me resultan similares.
No es que esté enamorado de la bebida, ni mucho menos, aunque a veces pueda parecerlo.
(Otra vez es por ella, brindo por la botella).
A lo que me refiero es que son dos estados muy similares, en cuanto a actitud se refiere.
Es más, un enamorado no me parece más que alguien borracho de amor.

¿Qué es el amor?
Una pregunta sin respuesta, o con muchas (a gusto del consumidor).
Podría dar mil respuestas y ser todas válidas para alguien, según quien las lea supongo.
Si digo que no es más que un estado de "agilipollamiento" muchos estarían de acuerdo, y si, por contra, digo que es un estado de felicidad irracional máxima, otros tantos lo apoyarían.
Que cada palo aguante su vela.



Yo tenía un corazón, bueno todavía lo tengo, no sé dónde está, pero por ahí anda.
Lo regalé. Es lo que tiene.
Bien regalado está.
Uno regala las cosas por dos motivos, porque ya no las quiere (regalos cutres) o porque quiere que otra persona las tenga, aunque quien lo regala las necesite (regalo con mérito).
Mi caso fue el segundo.
Supongo que la persona a la que se lo regalé lo tiene guardado (o perdido) en algún cajón, o quizás lo guardo directamente en la basura.
¿Quién podría saberlo?
Probablemente prefiera no saberlo.
Tampoco lo tengo muy claro.
Darle vueltas es absurdo.
Las cosas que escribo son absurdas.
Por eso lo escribo.
Me gusta lo absurdo.
No todo necesita un motivo.
¿Para qué vivimos?
¿Ves?
No hay un motivo que explique qué hacemos aquí.
¿Crees saber por qué estás aquí?
Lo dudo...


Muchas personas afirman que lo importante de la vida es la familia, el amor, los amigos, etc, pero luego se pasan la vida agobiadas por cosas superfluas, de esas que dicen que no tienen tanta importancia, como el trabajo, el dinero y similares.
¿Por qué la gente es tan hipócrita?
Di lo que piensas, y luego haz lo que dices.
No digas una cosa y pienses otra, distintas ambas de lo que realmente haces.

A veces no sé ni lo que digo, porque sólo digo lo que pienso.
Pero que lo piense no quiere decir que lo comprenda, ni que lo sepa expresar.
Cuando sea mayor quiero ser idiota.
El mundo está hecho para idiotas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Día 59: El porno me aburre




-Papá, papá ¿qué está más lejos, Albacete o la Luna?
-A ver hijo mío, ¿tú ves la Luna?
-Sí.
-¿Y Albacete?
-No.
-Pues ya está.
-Pero papá...
-Ni papá ni leches.






El porno es un rollo. Siempre es igual, bueno, igual igual no, pero parecido (degeneraciones y cosas raras aparte). Es bastante predecible.
Alguien que nunca haya visto porno -¿Existe tal persona?- puede decir que no es predecible, pero precisamente por eso, por no haberlo visto nunca.
Es predecible y aburre. Prefiero el erotismo.

(Pero el erotismo también es siempre igual)

Ya está el listo que todo lo sabe. El erotismo va más allá del sexo.

(Ya, bueno, y el porno también...)

No te lo crees ni tú.

(Pero... el erotismo no es más que una versión ligth del porno)

¿No será al revés, el porno una versión dura del erotismo? En el erotismo hay vida más allá del sexo. La insinuación, la provocación, la sensualidad...
Aunque claro, si el porno puede ser aburrido, hay una cosa más coñazo todavía: el cine erótico.

(El cine erótico es sensual)

¿Sensual? Vale, sí, ¿y qué? El cine erótico es la cosa más coñazo del mundo. Es como el porno pero sin llegar a ver nada.

(¿Pero hay algo que ver?)

Supongo... era sólo una opinión de este pobre bastardo, que ya no sabe ni lo que dice.

(¿Éste quién?)

Nadie.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Día 48: Desvirtuándome a mí mismo


Pensar:


1-Imaginar, considerar, discurrir.
2-Reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen.
3-Intentar o formar ánimo de hacer algo.






¿Pensar es malo?
Pensar es una mierda, no sirve para nada. Llevo toda mi vida pensando y no me ha servido prácticamente para nada.
Hay gente a la que le va muy bien pensando, sí. Algunos han ganado incluso premios, vale. Pero pensando mucho. Eso requiere mucho esfuerzo. Hay otros que han conseguido lo mismo teniendo suerte y pensando mucho menos.


Pensar es de inútiles. La gente que está siempre ocupada piensa menos las cosas. 
Claro, para pensar hace falta tiempo libre. Dile a una persona que, después de todo el día trabajando, se ponga a pensar. Ya ha pensado demasiado mientras trabajaba. O no, pero está demasiado cansado para ponerse a pensar. Prefiere enchufarse a la televisión. Ya pensará otro por él (o por ella, no se me vaya a tachar de sexista).
Eso es una excusa de mierda. No es que yo sea un gran defensor de la televisión (de la que la mayoría de cosas que salen son basura), pero no es la única culpable del no pensamiento de la raza humana, desde su invención en 1900.
Antes de la existencia de la caja tonta, la gente tampoco dedicaba mucho tiempo a pensar. Claro, no tenían tiempo. Ellos también dejaban que otros pensaran por ellos.




Es mejor no pensar. 


Pensar es de raros.


Ya pensaran otros por mí.


"Ellos" saben qué es lo que más me conviene... o no.


Piénsalo.



miércoles, 26 de octubre de 2011

Día 37: Conoce a tu doble personalidad



Bipolaridad:

1-Condición de bipolar.

Bipolar:

1- Que tiene dos polos.


Ser bipolar es tan simple como eso, tener dos lados opuestos. Esto, llevado a la personalidad, no es más que contradecirse de vez en cuando con uno mismo.

¿Entonces, la hipocresía es sinónimo de bipolaridad?
No necesariamente, ya que la hipocresía es fingir ideas, cualidades o sentimientos contrarios a los que se sienten o experimentan (según la RAE). La bipolaridad va mucho más allá, pues no implica fingimiento ni mentira, es solamente sentir o experimentar ideas, cualidades o sentimientos contrarios.

La bipolaridad, ella sola, puede indicar un alto nivel de locura (contradecirse a uno mismo continuamente nos envolvería en una especie de bucle demente), el cual puede evitarse.
¿Que cuál es la forma de evitar eso?
Muy simple, dobla tu personalidad tantas veces como necesites. Búscate un álter ego.

No hace falta ser un superhéroe para tener un álter ego, ni muchísimo menos. De hecho, el mío no lleva antifaz, ni capa ni va en mayas por ahí salvando el universo de otros álter egos malignos.
¿Y el tuyo?

No, no estoy loco por tener una doble personalidad a la que recurrir. Si así fuera, todos estaríamos locos, ya que todos tenemos uno. La diferencia entre tú y yo puede ser que yo lo reconozca y tú no. 

Piénsalo bien...

Haz memoria...

Busca entre tus recuerdos...

Medítalo...

Reflexiona una vez más...

¿Lo has encontrado ya en tu interior?

¿No?

Sigue buscando... tiene que estar ahí...

¿No aparece?

Entonces déjalo tranquilo, ya aparecerá y te acordarás. Cuando menos te lo esperes.


Yo al mío le tengo muy calado. Le conozco demasiado bien. Me costó conocerle en profundidad, pero es lo que todos deberíamos hacer. Así podríais hacer todos como yo, que sólo le dejo salir cuando debe salir. El resto del tiempo lo pasa encerrado, con cadenas, preso de mí... condenado a mi voluntad.

Evítalo y se hará más fuerte, y cuando salga podrá contigo... y ya no le podrás parar.


Sí, se me va la olla de vez en cuando... quizás sea mi álter ego... pero sólo quizás.

martes, 25 de octubre de 2011

Día 36: Mentís








"Mentís, y vos de vos os reís, como yo me río de vos."






A veces, para que la mentira tenga efecto, hay que sustentarla bien.
Pues, si no se consigue realizar el engaño, la mentira sólo servirá para dejarnos en ridículo.



jueves, 20 de octubre de 2011

Día 31: Mis apuntes se han comido a mi perro



Excusas, excusas y más excusas. Todo son excusas, siempre. Y las excusas no son más que mentiras que sirven para evitar algo. Cierto es que no todas son del mismo tipo. 

Las hay inocentes, como la de "Mi perro se comió los deberes" (muy usada desde principios de los 80 en los colegios de todo el mundo, gracias al ilustre personaje conocido como Jaimito). 

Otras son de índole egoísta, como puede ser la de "Lo siento, no fumo", utilizada cuando no te apetece dar un cigarro al gorrón de turno. 

Las hay también de carácter sexual, usadas en mayor medida por el género femenino, desde que en el año 40 a.C. -aproximadamente- Cleopatra le dijera a Marco Antonio aquella famosa frase de "Lo siento cariño, pero hoy me duele la cabeza". 

Distintas son las de la vaguería, aquellas que son empleadas para no hacer algún esfuerzo, como puede ser la de "Jefe, no puedo ir a trabajar, estoy enfermo". 

Otro es el caso de las excusas locas, como la que ocupa el título aquí presente, la de "Mis apuntes se han comido a mi perro" (frase que siempre quise decir, pero nunca tuve perro), carente de sentido en toda su extensión. 

Pero, sin lugar a dudas, las peores son aquellas que atañen a los sentimientos, que pueden llegar a convertirse hasta en crueles y muy conocidas por todos. Éstas se dan, muy frecuentemente, en rupturas... "No podemos seguir juntos, te tengo mucho cariño, pero ya no siento lo mismo", "No eres tú, soy yo", "Quiero tener un tiempo para mí sola, quizá en unos meses...", etc...



 Pues bien, damas y caballeros, siento tener que ser yo quien se lo diga (repita, pues lo dije unas líneas más arriba) pero las excusas son mentiras, y duelen. Reconozco que es todo un arte (como casi todos los tipos de mentira existentes) y que las hay de lo más variopintas y originales, pero a nadie nos gusta que nos las den. Como tampoco gusta que nos den largas (no confundir con las largas de los vehículos, las cuales tampoco gustan pero no son las que aquí nos atañen).

A modo de conclusión, diré que no sé por qué escribo sobre esto, pues poner excusas es algo que hago muy frecuentemente (¿Quién no? Que tire la primera piedra... ten cuidado no vayas a cargarte el ordenador), y sin las cuales tendría que hacer cientos de cosas que no me apetecen un carajo. Supongo que será debido a lo mucho que me molesta (es más que molesto, me jode) que me las pongan cuando quiero hacer algo o espero algo de alguien.


Querido lector, si has llegado a leer hasta aquí, reciba mi mas sentido aplauso. Pues leer estas gilipolleces indica su alto grado de aburrimiento (el cual dudo sea superior al mío) o de locura (con lo cual, debería hacérselo mirar con urgencia). 

lunes, 10 de octubre de 2011

Día 21: Voto de silencio




Una vez hice un pacto de silencio conmigo mismo, para no volver a hablar de un tema determinado. No es que piense en ponerme a escribir sobre ello (ni en no hacerlo, pues en mi auto-promesa nunca dije nada de no escribirlo), si no que es duro y se hace difícil hacer ciertas cosas en silencio. Pero así sigo, y seguiré en un futuro.




No se ha de confundir la omisión con la mentira. Ocultar algo no siempre es mentir... a veces es sólo para evitar un daño mayor. Además, el silencio no es renegar de algo... sólo es guardártelo para ti, sin que nadie lo sepa. Tampoco creo que a nadie le importe.



Puede que algún día me permita hablar del tema, si alguien me pregunta sobre él... 
Mientras tanto, seguiré en silencio.

martes, 27 de septiembre de 2011

Día 7: Miente a los demás, como ellos te mienten a ti



Mentir:

1- Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa.
2- Inducir al error.
3- Fingir, aparentar.
4- falsificar algo.
5- Faltar a lo prometido, quebrantar un pacto.






Todos mentimos, al menos de vez en cuando. Lo que nos diferencia a unos de otros es el motivo que nos empuja a hacerlo. Para unos es opcional y no se trata más que de un entretenimiento, una forma de pasar un buen rato, pero para otros es obligado. Y no todos los que se sienten obligados a mentir lo hacen por lo mismo, ya que las necesidades que nos puedan llevar a necesitar una mentira pueden ser variadas: intentar cumplir una meta, evitar que alguien la logre, huir de un castigo, realizar una venganza, tener miedo de algo...
Pero al fin y al cabo, todos lo hacemos.
Dentro de lo que se denomina "usuarios frecuentes de la mentira" hay un género peligroso, los llamados "reyes del embaucamiento". Hay que tener cuidado con ellos, son seres capaces de decir cualquier cosa con tal de conseguir un objetivo, y rara vez no lo consiguen.




Todo es una gran mentira. 
No engañes. No mientas. No finjas. No burles. No enredes. No decepciones. No inventes. No ocultes. No engatuses. No confundas. No disimules. No seduzcas... En definitiva, no hagas trampas. 


¿Queda claro? Pues ahora olvídalo. Tienes la obligación de hacerlo cuando lo necesites. Y, sobre todo, no permitas que nadie te lo haga sin que te des cuenta.


-¿Se coge antes a un mentiroso que a un cojo?
-Sólo si el mentiroso es muy malo o el cojo va en coche.

martes, 20 de septiembre de 2011

Día 1: Confesión de amor caducado



Nunca he estado enamorado... salvo que se demuestre lo contrario. Pero pocas personas porían demostrarlo, muy pocas, no más de tres (y seguro que alguna ni se molestaría en hacerlo), por lo que mi palabra es la única que cuenta. Nunca he creído en el amor, ni en la gente, ni en que haya alguien que de pronto aparece y cambia tu vida... no me ha pasado (y si me ha pasado fue una putada, la cual no voy a reconocer aquí ni ahora). No espero nada de nadie, soy demasiado auto-suficiente, creo en mí mismo y en... mí mismo. Lo demás no importa, no existe, esta vacío, no es nada...
El amor tiene fecha de caducidad, y eso lo sabe todo el mundo... los que lo reconocen han sido los únicos capaces de escapar de sus garras. Yo soy uno de ellos... o no, ¿quién sabe? 
Quizás algún día pueda decir la verdad.... ese día mentiré de mentira.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Día 0: Soy un mentiroso




Lo reconozco, miento demasiado. No puedo evitarlo. Tres de cada cuatro palabras que digo son mentira (esto también lo es, es imposible hacer tal cosa sin ser incoherente, y eso sí que no lo soy, creo). Por eso quiero compartir con el resto de la existencia humana mis mentiras. No suelo hacer nada espectacular o inaudito... o quizás si lo haga, pero vosotros nunca lo sabréis dado que, como ya he dicho antes, miento demasiado.