miércoles, 26 de octubre de 2011

Día 37: Conoce a tu doble personalidad



Bipolaridad:

1-Condición de bipolar.

Bipolar:

1- Que tiene dos polos.


Ser bipolar es tan simple como eso, tener dos lados opuestos. Esto, llevado a la personalidad, no es más que contradecirse de vez en cuando con uno mismo.

¿Entonces, la hipocresía es sinónimo de bipolaridad?
No necesariamente, ya que la hipocresía es fingir ideas, cualidades o sentimientos contrarios a los que se sienten o experimentan (según la RAE). La bipolaridad va mucho más allá, pues no implica fingimiento ni mentira, es solamente sentir o experimentar ideas, cualidades o sentimientos contrarios.

La bipolaridad, ella sola, puede indicar un alto nivel de locura (contradecirse a uno mismo continuamente nos envolvería en una especie de bucle demente), el cual puede evitarse.
¿Que cuál es la forma de evitar eso?
Muy simple, dobla tu personalidad tantas veces como necesites. Búscate un álter ego.

No hace falta ser un superhéroe para tener un álter ego, ni muchísimo menos. De hecho, el mío no lleva antifaz, ni capa ni va en mayas por ahí salvando el universo de otros álter egos malignos.
¿Y el tuyo?

No, no estoy loco por tener una doble personalidad a la que recurrir. Si así fuera, todos estaríamos locos, ya que todos tenemos uno. La diferencia entre tú y yo puede ser que yo lo reconozca y tú no. 

Piénsalo bien...

Haz memoria...

Busca entre tus recuerdos...

Medítalo...

Reflexiona una vez más...

¿Lo has encontrado ya en tu interior?

¿No?

Sigue buscando... tiene que estar ahí...

¿No aparece?

Entonces déjalo tranquilo, ya aparecerá y te acordarás. Cuando menos te lo esperes.


Yo al mío le tengo muy calado. Le conozco demasiado bien. Me costó conocerle en profundidad, pero es lo que todos deberíamos hacer. Así podríais hacer todos como yo, que sólo le dejo salir cuando debe salir. El resto del tiempo lo pasa encerrado, con cadenas, preso de mí... condenado a mi voluntad.

Evítalo y se hará más fuerte, y cuando salga podrá contigo... y ya no le podrás parar.


Sí, se me va la olla de vez en cuando... quizás sea mi álter ego... pero sólo quizás.

martes, 25 de octubre de 2011

Día 36: Mentís








"Mentís, y vos de vos os reís, como yo me río de vos."






A veces, para que la mentira tenga efecto, hay que sustentarla bien.
Pues, si no se consigue realizar el engaño, la mentira sólo servirá para dejarnos en ridículo.



jueves, 20 de octubre de 2011

Día 31: Mis apuntes se han comido a mi perro



Excusas, excusas y más excusas. Todo son excusas, siempre. Y las excusas no son más que mentiras que sirven para evitar algo. Cierto es que no todas son del mismo tipo. 

Las hay inocentes, como la de "Mi perro se comió los deberes" (muy usada desde principios de los 80 en los colegios de todo el mundo, gracias al ilustre personaje conocido como Jaimito). 

Otras son de índole egoísta, como puede ser la de "Lo siento, no fumo", utilizada cuando no te apetece dar un cigarro al gorrón de turno. 

Las hay también de carácter sexual, usadas en mayor medida por el género femenino, desde que en el año 40 a.C. -aproximadamente- Cleopatra le dijera a Marco Antonio aquella famosa frase de "Lo siento cariño, pero hoy me duele la cabeza". 

Distintas son las de la vaguería, aquellas que son empleadas para no hacer algún esfuerzo, como puede ser la de "Jefe, no puedo ir a trabajar, estoy enfermo". 

Otro es el caso de las excusas locas, como la que ocupa el título aquí presente, la de "Mis apuntes se han comido a mi perro" (frase que siempre quise decir, pero nunca tuve perro), carente de sentido en toda su extensión. 

Pero, sin lugar a dudas, las peores son aquellas que atañen a los sentimientos, que pueden llegar a convertirse hasta en crueles y muy conocidas por todos. Éstas se dan, muy frecuentemente, en rupturas... "No podemos seguir juntos, te tengo mucho cariño, pero ya no siento lo mismo", "No eres tú, soy yo", "Quiero tener un tiempo para mí sola, quizá en unos meses...", etc...



 Pues bien, damas y caballeros, siento tener que ser yo quien se lo diga (repita, pues lo dije unas líneas más arriba) pero las excusas son mentiras, y duelen. Reconozco que es todo un arte (como casi todos los tipos de mentira existentes) y que las hay de lo más variopintas y originales, pero a nadie nos gusta que nos las den. Como tampoco gusta que nos den largas (no confundir con las largas de los vehículos, las cuales tampoco gustan pero no son las que aquí nos atañen).

A modo de conclusión, diré que no sé por qué escribo sobre esto, pues poner excusas es algo que hago muy frecuentemente (¿Quién no? Que tire la primera piedra... ten cuidado no vayas a cargarte el ordenador), y sin las cuales tendría que hacer cientos de cosas que no me apetecen un carajo. Supongo que será debido a lo mucho que me molesta (es más que molesto, me jode) que me las pongan cuando quiero hacer algo o espero algo de alguien.


Querido lector, si has llegado a leer hasta aquí, reciba mi mas sentido aplauso. Pues leer estas gilipolleces indica su alto grado de aburrimiento (el cual dudo sea superior al mío) o de locura (con lo cual, debería hacérselo mirar con urgencia). 

lunes, 10 de octubre de 2011

Día 21: Voto de silencio




Una vez hice un pacto de silencio conmigo mismo, para no volver a hablar de un tema determinado. No es que piense en ponerme a escribir sobre ello (ni en no hacerlo, pues en mi auto-promesa nunca dije nada de no escribirlo), si no que es duro y se hace difícil hacer ciertas cosas en silencio. Pero así sigo, y seguiré en un futuro.




No se ha de confundir la omisión con la mentira. Ocultar algo no siempre es mentir... a veces es sólo para evitar un daño mayor. Además, el silencio no es renegar de algo... sólo es guardártelo para ti, sin que nadie lo sepa. Tampoco creo que a nadie le importe.



Puede que algún día me permita hablar del tema, si alguien me pregunta sobre él... 
Mientras tanto, seguiré en silencio.