-Papá, papá ¿qué está más lejos, Albacete o la Luna?
-A ver hijo mío, ¿tú ves la Luna?
-Sí.
-¿Y Albacete?
-No.
-Pues ya está.
-Pero papá...
-Ni papá ni leches.
El porno es un rollo. Siempre es igual, bueno, igual igual no, pero parecido (degeneraciones y cosas raras aparte). Es bastante predecible.
Alguien que nunca haya visto porno -¿Existe tal persona?- puede decir que no es predecible, pero precisamente por eso, por no haberlo visto nunca.
Es predecible y aburre. Prefiero el erotismo.
(Pero el erotismo también es siempre igual)
Ya está el listo que todo lo sabe. El erotismo va más allá del sexo.
(Ya, bueno, y el porno también...)
No te lo crees ni tú.
(Pero... el erotismo no es más que una versión ligth del porno)
¿No será al revés, el porno una versión dura del erotismo? En el erotismo hay vida más allá del sexo. La insinuación, la provocación, la sensualidad...
Aunque claro, si el porno puede ser aburrido, hay una cosa más coñazo todavía: el cine erótico.
(El cine erótico es sensual)
¿Sensual? Vale, sí, ¿y qué? El cine erótico es la cosa más coñazo del mundo. Es como el porno pero sin llegar a ver nada.
(¿Pero hay algo que ver?)
Supongo... era sólo una opinión de este pobre bastardo, que ya no sabe ni lo que dice.
(¿Éste quién?)
Nadie.